El origen de la Ceremonia del Té
Ceremonia del té
El origen de la ceremonia del té se remonta a un milenio atrás aproximadamente, cuando los nobles japoneses incorporaron esta bebida a sus ritos mundanos. Además de competir entre ellos en cuanto a la calidad y belleza de los utensilios, que revelaba el estatus social de la familia,, elaboraron una larga y compleja ceremonia llamada Cha no yu o “ Via del Té ”.
El ritual cuyo espíritu ha sobrevivido hasta nuestros días, empezaba con la bienvenida silenciosa que brindaba el anfitrión a sus invitados desde la puerta del jardín. Muchos nobles tenían una casita de té separada de la vivienda en el jardín para esta ceremonia, decorada con unas flores sencillas. Una vez reunidos se encendía el fuego y se ofrecía a los invitados una comida ligera a base de sopas, legumbres y dulces. Terminada la comida se retiraban los platos y los comensales se aseaban las manos y la boca.
Acto seguido, el anfitrión ponía tres cucharadas de té en polvo en un bol y añadía agua caliente batiendo hasta conseguir una bebida homogenea.
Cuando el té está preparado, el anfitrión ofrecía el recipiente al huésped de honor que apoyaba el bol en la palma de la mano izquierda y o sujetaba con los dedos de la derecha.
Tras el primer sorbo, era costumbre que el anfitrión preguntase al huésped de honor su opinión sobre el té servido y este a su vez se interesara por la variedad y origen de la planta. Después, el huésped de honor pasaba el bol al resto de invitados.
Cuando todos los comensales habían probado el té, lo cual tenía lugar en el silencio más absoluto, la ceremonia concluía.
Aquí y ahora
Este bello ritual persiste, si bien de otra manera, en el Japón actual y tiene unos códigos muy rigurosos. En la conversación, por ejemplo, no se habla de política ni de otros temas que puedan dar lugar a la polémica o a incomodar a los invitados. Asimismo, el anfitrión y los invitados deben abstenerse de alabar al ninguno de los presentes.
Las casas de té están decoradas con extrema austeridad , primando la elegancia de las formas sobre los detalles irrelevantes. El silencio la armonía de los colores la atmósfera en generales esencial para llevar a cabo este rito de rescatar la calma al final de un día ajetreado.
El orientalista francés y profesor de yoga Henri Brunel escenifica con gran maestría en uno de sus libros el espíritu del Cha no yu. Antes resume así los ingredientes necesarios para llevar a cabo la ceremonia del té:
Un lugar modesto y apacible
Escoger el momento
Trato agradable y tranquilo con los amigos
Cuidado y amor aportados a la preparación del té
Contemplación del los objetos simples y hermosos
Silencio
“ Imaginémonos un sendero apartado, en una montaña o en un bosque que conduce a una morada de un sabio. Ahí vemos aparecer el pabellón del té. Su constitución es simple está hecha de madera y bambú. Aquí de lo que se trata no es de oponerse al tiempo , de deificarlo mediante una irrisoria eternidad de piedra sino, de “abrazarse” a él.
La sala en la que entramos es de superficie modesta: unos nueve metros cuadrados ( dos esteras y media); tres o cuatro amigos cabrán cómodamente. Una pintura Zen, un ramo de flores del campo por todo adorno. El hogar de carbón, de madera , el hervidor de hierro redondo, el recipiente de agua, el cucharón de bambú, un trapo blanco inmaculado, los botes de té, los boles tradicionales corrientes.
El maestro de té lleva a cabo los gestos rituales con eficacia, lentitud , cuidado y amor. La conversación va transcurriendo apacible; se habla de poesía , de arquitectura, de historia, de jardinería. Muy suavemente se va apagando el murmullo de las voces, y todos contemplan en silencio los boles familiares, una flor del campo, se oye a lo lejos el canto de un pájaro.
El tiempo se encuentra en suspenso; armonía, serenidad ”
Henri Brunel, Los más bellos cuentos zen.
Muy interesante comprobar que, si bien las tradiciones se mantienen, se van adaptado a lo largo de los años.
ResponderEliminarLa próxima vez que tome un té lo tendré en cuenta.