Tertulia de literatura japonesa


El libro elegido para la tertulia de Marzo. Nos vemos el último martes del mes. Dïa 25.Tertulia de literatura japonesa



Sinopsis
«Ya no tengo fuerzas para seguir escribiendo más. Vivir con este sentimiento es un dolor indescriptible. ¿Es que no hay nadie que me haga el favor de venir y estrangularme silenciosamente mientras duermo?»
Estas palabras desgarradoras brotan de la pluma de un hombre atormentado situado ante el abismo de una existencia que ha dejado de tener sentido. En sus últimos años de vida, Akutagawa Ryūnosuke sufría alucinaciones, no toleraba la luz del sol y no podía dormir sin la ayuda de somníferos. Vida de un idiota y otras confesiones es la llave a la mente del autor de «Rashōmon». A través de los relatos incluidos en este libro es posible seguir los pasos de su corta pero intensa vida: pinceladas autobiográficas, confidencias liberadoras, delirios zen, aforismos exquisitos…


Sobre el autor
Akutagawa Ryunosuke
Akutagawa Ryunosuke
Akutagawa Ryūnosuke (1892-1927) nació en Tokio en el seno de una familia burguesa. Desde niño desarrolló un apetito voraz por la literatura japonesa tradicional, que en la adolescencia compaginaría con la lectura de autores occidentales. Estudiante brillante, ingresó en la prestigiosa Universidad Imperial de Tokio y comenzó a publicar con éxito sus primeros relatos: «Rashōmon» (1915) y «La nariz» (1916). 
Tras graduarse en la universidad en 1916 trabajó como profesor de inglés en la Escuela Naval de Yokosuka. En 1918 se casó con Fumi Tsukamoto y abandonó su trabajo para dedicarse en exclusiva a la literatura gracias a un contrato con el diario Osaka Mainichi. Comenzó una época de producción muy fecunda: «Lujuria», «El otoño» o «En el bosque». 
Tras un viaje a China como corresponsal en 1921, su salud, ya de por sí delicada, empeoró notablemente: insomnio, neurastenia, alucinaciones y un miedo cerval a la locura no le impidieron crear las que muchos consideran sus obras maestras: «Engranajes», «Kappa» o «Vida de un idiota».
El 24 de julio de 1927, a los 35 años de edad, Akutagawa puso fin a la «vaga angustia confusa» que lo consumía ingiriendo una dosis letal de Veronal.

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